¿Qué congresista no ha gastado un sol en su campaña política? ¿Qué vedette peruana tiene casi una docena de departamentos en La Molina y un hostal en Ate? ¿Qué rubia al pomo, caserita del doctor Astocondor, acuñó una de las frases más usadas por los peruanos? No puede ser otra más que Susana Ivonne Díaz Díaz, más conocida como ‘Susy Díaz’ en el mundo farandulero de Chollywood.
Nuestra Cicciolina peruana me recibe en su hostal en Ate, vestida como cualquier persona pero con los labios pintados con ese rojo encendido de siempre. Susy, que bailó más de 20 años semi-desnuda con Adolfo Chuiman, ‘Petipan’ y ‘El machucado’ en el legendario programa de los noventas, Risas y Salsa. La que, gracias al número 13 que tenía dibujado en su nalga derecha, ganó un escaño en el Congreso por el desaparecido partido político “Movimiento Independiente Agrario”. Cuenta también, sin pelos en la lengua, que a pesar de ser el centro de muchas burlas y estar cumpliendo una condena por el delito contra la administración pública, su fórmula de felicidad: una filosofía en donde no existen los “ojalas”.
Muchos creen que la imagen de tonta que transmites es puro negocio….
Y no me molesta, si yo no fuera inteligente no hubiera llegado al Congreso y sin gastar un sol en la campaña. He trabajado en programas cómicos en donde me he construido una imagen.
Entonces ¿eso es parte del show?
Sí, a veces me hago la cojuda.
¿Y cómo empezaste?
Empecé como recepcionista en Panamericana. Así pasaron los meses y a veces, cuando los actores faltaban, me pedían que actúe de extra en el programa cómico, me daban pequeños libretos, hasta que un fin de semana me llevaron con Adolfo Chuiman y Nancy Cavagnari de gira; el sueldo que ganaba en un mes como recepcionista lo gané en solo dos días, fue ahí que me di cuenta qué es lo quería hacer.
¿Tu familia estaba de acuerdo con lo que hacías?
Mi mamá me crió chapada a la antigua, yo era muy introvertida Ella quería que yo sea monja por eso no le gustaba lo que yo hacía. Pero cuando vio mi sueldo de 6000 dólares que ganaba en Risas de América empezó a coserme mis vestuarios. Qué lástima que a los artistas ya no les pagan así.
¿Y cómo lograste triunfar en la farándula limeña?
En este mundo artístico uno tiene que estar sola, Gisela triunfó y está sola, Magaly triunfó y está sola. Yo he ayudado a muchos artistas que luego me han pagado mal, por eso he aprendido a andar sola.
Conquistando la política con el número 13
¿Por qué decidiste ser congresista?
Recibí la invitación de Movimiento Independiente Agrario, un partido pequeño. Un congresista me llamó para postular por su partido. Me dieron el número trece y aunque la mayoría decía que ese número daba mala suerte yo lo acepte porque a ‘caballo regalado no se le mira el diente’. Y gané la campaña sin gastar un sol, lo único que utilicé fue mi cerebro.
¿A quién se le ocurrió que tu símbolo sea el número 13 en la nalga?
A una periodista del Diario Ajá que ahora trabaja en el Trome. Ella quería que me asemeje a la Chicholina y muestre un seno pero yo no quería ser como ella, entonces me aconsejaron que como estaba acostumbrada a posar de espaldas, muestre una nalga. Recuerdo que gastaron todo un colorete rojo para pintarme el número 13 en la cola.
¿Qué puedes rescatar de tu paso por el Congreso?
Que en la política tu mejor amigo es tu peor enemigo.
¿Qué pasó?
Estoy inhabilitada políticamente por el juicio que tengo por peculado y delito contra la administración pública pues me vincularon con Vladimiro Montesinos. Dicen que recibí 40 mil dólares de él, pero no hay video o hay audio que lo demuestre, felizmente.
Al margen de eso ¿qué cosas buenas consideras que hiciste en el Congreso?
Propuse 140 proyectos de ley de los cuales me aprobaron 34. El más importante para mí fue el de reducir en 18% el precio de los alimentos básicos. También entregué mi primer sueldo a un Asentamiento Humano en Pamplona Alta.
Pero dada tu inexperiencia política, ¿cómo se te ocurrían tantos proyectos de ley?
La verdad es que solía entrar a las páginas de los congresos de otros países como Argentina, Estados Unidos, Chile y veía los proyectos que ellos habían presentado. Por ejemplo, presenté un proyecto de ley, basado en lo que vi en un estado de Estados Unidos, para que a los violadores reincidentes les apliquen una inyección en los genitales para que ya no sientan placer y hubo un pleito en el congreso porque pensaban que me refería a que les amputen el pene.
Susy en la intimidad
¿Cómo es un día en la vida de Susy?
Me levanto, me baño y desayuno. Después, tengo que administrar mis propiedades, en La Molina tengo 12 departamentos, hay uno que estoy remodelando, tengo que supervisar que el pintor haga bien su trabajo. Luego, tengo que venir acá (hostal) y ver cómo está, tengo que pagar a la Sunat, tengo que ver si alguien quiere que amadrine alguna feria: no por ya no ser artista abandono a mi público, si me llaman para algún show voy porque la humildad no cuesta.
¿Cómo es tu relación con Flor?
Es una buena relación, yo la aconsejo mucho, hace unos días estuve acá y estuvimos conversando al menos ya no me preocupo tanto porque su enamorado la cuida y ya no necesito guardaespaldas.
Pero en una entrevista con Bayly tú dijiste, a propósito del tema del asesinato de Myriam Fefer, que tenías miedo que Flor te mate…
Es que uno nunca sabe, ahora pasan cosas y tú sabes que el diablo nunca duerme. Yo no creo que Flor me mate pero tal vez algún enamorado de ella la pueda convencer de algo así.
¿Hay algo de lo que te arrepientas?
No. Tal vez que soy muy confiada, ayudo mucho, me he dado cuenta que no tengo que ser tan buena.
¿Cuál es tu filosofía de vida?
Hay que ser práctica en la vida, si un enamorado, un amigo me falla luego viene otro, el tiempo cicatriza las heridas y lo más importante es que para triunfar en la vida la palabra ‘ojalá’ no existe.
Cortitas
¿Quisieras algún día seguir el ejemplo de Gisela y colgar las tangas?
Sí me gustaría, si por ahí me llaman de un canal diría que sí, cuando hay oportunidad de trabajo uno no tiene que hacerse de rogar.
¿Te has hecho alguna cirugía?
No (risas)
Ya pues…
No, sí me he hecho. Incluso ahora me quiero jalar la cara como Jimmy Santi.
¿Te cambiarías el color del cabello?
Sí, de negro pero de repente ya no me reconocerían. Me quedo con el rubio mejor.
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