Ad portas de las elecciones municipales, el tema de la seguridad ciudadana se ha convertido en el principal eje de las propuestas que las dos aspirantes al sillón municipal vienen planteando para responder a la mayor preocupación de los electores: el aumento de la delincuencia en la capital.
Desde las declaraciones a la prensa hasta los mítines proselitistas, el discurso general de las dos principales candidatas, Lourdes Flores y Susana Villarán, respecto del tema parece ser el mismo: rechazo absoluto a la delincuencia, replanteamiento del sistema de seguridad ciudadana, mejoramiento y eficacia de la labor policial.
Sin embargo, estas alturas del partido, cabe hacer un análisis de la justificación y constitución de las propuestas que ambas candidatas exponen en sus planes de trabajo, algo que el debate municipal, llevado a cabo hace algunas semanas, no pudo dejar en claro.
Propuestas
La candidata del PPC ha establecido 3 ejes estratégicos, encabezado por la consolidación del liderazgo del alcalde sobre el manejo del sistema de seguridad ciudadana, seguida por el eje de prevención (social, comunitaria, situacional y policial). Por último, el eje de intervención, cuyo objetivo es incentivar el trabajo conjunto de la PNP, el Poder Judicial y Ministerio Público.
La candidata de Fuerza Social propone llevar a cabo la reforma de la Ley Orgánica de la PNP para que el liderazgo municipal sea más directo y eficaz. Por otro lado, se propone la creación de la Policía Metropolitana con más efectivos, bien equipados y repartidos equitativamente. La prevención contará con la participación de la comunidad e instituciones, quienes emprenderán la recuperación jóvenes pandilleros para ofrecerles espacios y oportunidades de desarrollo.
Comparando
Además de las estrategias de prevención social, ambas candidatas tienen como principal objetivo la consolidación del liderazgo de la figura del alcalde como conductor de las estrategias de seguridad ciudadana. Sin embargo, ambas propuestas se diferencian en el sentido de que Villarán, en contraste con Flores Nano, no se restringe el cumplimiento de la ley, sino que propone modificarla.
Porlo demás, es evidente que ambas candidatas poseen opiniones distintas. En relación a la labor de la policía nacional, Villarán apuesta por el aumento de efectivos y de su implementación, lo que se contrapone con la propuesta de Flores Nano, de asegurar un buen entrenamiento y capacitación.
Dicen los especialistas
Gino Costa, director de la ONG Ciudad Segura afirma que si los candidatos cumplen lo que prometen, tendremos mejor forma de organizarnos para responder ante los problemas de seguridad. “Hay un deseo de hacerse cargo del problema y un gran consenso de lo que se tiene que hacer”. Sin embargo, cabe preguntarse cuánto de esa tarea es realmente viable.
Para el investigador y antropólogo Jaris Mujica, la clave para combatir eficazmente la criminalidad en Lima, y en general, en el país, es la capacidad de los gobiernos de trabajar la prevención en base a estudios de organización y conducta delictiva. Pero es justamente el conocimiento de ese problema la gran ausencia de las propuestas de los candidatos municipales en general.
Estadísticas vs. el papel prensa
Los planes de gobierno de Flores Nano y de Villarán están basados en estudios de instituciones reconocidas como el Instituto de Opinión Pública de la PUCP, el Grupo de Opinión Pública de la U. de Lima y la PNP. Las cifras estadísticas revelan que la percepción de la inseguridad ciudadana es mayor a las cifras de delitos cometidos en Lima metropolitana.
Según Mujica, son a veces los medios los que tomando casos particulares y significativos, como el de la niña Romina, exageran un panorama real de inseguridad ciudadana que genera preocupación y alarma en la población, panorama que los candidatos no dejarán de aprovechar.
Lo que se espera
Cabe entonces preguntarse cuán viables o no son las propuestas que estas dos mujeres plantean para el tema de seguridad, teniendo en cuenta la dimensión, hasta ahora desconocida, de la problemática, y del papel que los medios de comunicación asumen respecto de ella.
En la recta final de la campaña electoral, las promesas se van relegando. A los electores solo nos queda esperar por el cumplimiento de cualquiera de las ellas que, sin duda, deberán ser adaptadas y rediseñadas para traer la tranquilidad que la ciudad necesita.
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