jueves, 16 de diciembre de 2010

ADOLESCENCIA, PATERNIDAD Y MATRIMONIO

Ser padre adolescente hoy por hoy ya no es algo que genere controversia o llame la atención en nuestra sociedad. Tampoco es algo que te lleve a dar otro paso como también es adoptar el rol de padre y esposo(a) a la vez.

Yo a mis 20 años me enteré que iba a tener un hijo sin haberlo planificado, de inmediato pensé en cómo iba hacer, si lo íbamos a tener y si era así, cómo afrontaría esta nueva etapa en mi vida. Pero lo que más rebotaba en mi cabeza era cómo le iba a decir a mis padres que en 9 meses llegaría un nuevo integrante a la familia.

Uno, después de contarle a su familia de que te convertirás en padre o madre, lo que nos ponemos a pensar las jóvenes parejas es en el matrimonio. En cambio, otros ni si quiera lo pueden pensar, porque se ven obligados por sus familias a casarse.

Desde mi punto de vista y sobre todo como parte de este grupo de padres adolescentes, casarse tan jóvenes y sin la convicción de hacerlo no asegura que aquella unión dure para siempre, tampoco asegura que el chico se convierta en un buen padre o la chica en una buena madre. Aquel papel no va asegurar la felicidad o la unión eterna de aquella nueva familia.

En uno de los casos que conozco de padres adolescentes, la pareja ya llevaba más de un año juntos, se enteraron que iban a ser padres y decidieron no casarse, pero sí convivir. Pasaron los nueves meses y nació el niño, durante la larga espera y luego del parto la pareja tuvo varios altibajos. Esto llevó a que la relación se deteriorara, dieron por finalizada su relación y acordaron cómo iban a hacer para que cada uno pudiese ver al bebé y también que tiempo iban a compartir los tres juntos. La pregunta cae por su propio peso ¿De qué les hubiese servido a ellos haberse casado si su relación tuvo este desenlace?

Los roles que juegan las familias de los jóvenes padres son muy importantes para que la pareja pueda desarrollar su relación de la mejor manera y también su rol de padres. Está bien que las familias los guíen, pero también les deben dar su espacio, deben dejar que estos se equivoquen  y aprendan lo qué es  la paternidad.

Esto tampoco quiere decir que las familias les van a dar todas las facilidades a la joven pareja que críen al bebé. Sí se les debe apoyar, pero ellos mismos (los padres adolescentes) deben buscar la manera de generar ingresos para mantener y criar a su hijo. Así los jóvenes conocerán y sabrán qué es hacerse cargo de un bebé y cuánto esto está cambiando su vida y la de quienes los rodean.

Cuando uno como padre tiene el privilegio de poder brindarle a su hijo gran parte de lo que necesita, no habrá nadie que te pueda enrostrar que tú no haces nada por tu hijo o que todo lo que recibe es a costa de otros. De esta manera también se evitan problemas dentro de las familias.

En mi caso, yo ya me encontraba trabajando en un conocido Fast food donde tienen como imagen a un viejo coronel y venden pollo crocante. Como algunos deben conocer el trabajo en estos lugares es agotador y sobre todo cuando trabajas de noche. Yo estaba a punto de renunciar, pero con la noticia de que iba a ser padre tuve que renovar. Esto me ayudo a valorar más lo que era ganarse los fréjoles, pero lo más importante es que a pesar que ganaba poco yo le podía dar algo a mi hijo. Al menos un pañal o una lata de formula.

Ambas familias deberían apoyar a que la joven pareja pueda convivir, para que de esta manera aprendan a vivir juntos, así se conocen mejor y en el camino irán considerando si casarse en esos momentos es la mejor opción. Pero a parte de esto, lo más relevante de esta convivencia es que los dos puedan experimentar juntos lo que es el embarazo y lo que es criar un bebé. Muchas veces sucede que la mujer se queda en su casa y el hombre también, y este último es quien se la lleva más fácil, mientras que la futura madre es la que pasa las malas noches, las molestias, etc.

Durante la convivencia, ambos jóvenes tendrán que poner mucho de su parte, porque lo primero que se pierde es la privacidad y el espacio de uno, debido a que el departamento o dormitorio donde viven se vuelve prácticamente en el hogar de la familia que están formando. Dentro de este nuevo escenario habrá algunas rencillas o discusiones que tienen que procurar solucionar de una manera más adulta y no permitir que nadie intervenga en los problemas de pareja.

No dejen de buscar la realización personal, pero también deben ayudar a que su compañero(a) logre la suya y esto más debe primar en los hombres, debido a que la mujer es la que lleva el embarazo y es quien más se atrasa con los estudios o tiene que dejar el trabajo. Además, si en el mejor de los casos ambos continúan juntos, con la realización de ambos podrán sacar adelante a la nueva familia.

A veces no todo es felicidad y por cuestiones de la juventud u otros factores la relación de los jóvenes padres acaba. La decisión de separarse o dar por terminada la relación debe ser hecha de la manera más madura, ya que su hijo es el vínculo más fuerte e importante que los mantendrá en contacto. En estos casos es de vital importancia mantener una muy buena comunicación por el bien del niño(a) y en sí por el bien de ambos.

Por ejemplo, en mi caso estoy separado de la madre de mi hijo, pero llevamos una buena relación amical. Es cierto que el no tener a sus padres juntos ya le debe haber afectado a nuestro pequeño, pero ambos consideramos que lo mejor para él es ofrecerle el mejor ambiente para su desarrollo y crecimiento.

Como podemos ver son varias las razones las que debemos considerar los padres adolescentes antes de casarnos. Hoy en día podemos ver que la idea de tener un hijo no implica que tengas que casarte. Felizmente podemos encontrar cada vez más casos donde las familias están aprendiendo a escuchar a sus hijos, para así saber qué es lo que ellos piensan y sienten ante este cambio tan drástico en su vida, del cual dependerá otra vida.

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