miércoles, 1 de diciembre de 2010

Peste Neumónica y Bubónica amenazan el norte del país

Se han reportado 30 casos entre confirmados y sospechosos, y ya hay cinco fallecidos, entre ellos un estudiante de medicina y dos menores de edad.

Existen algunas enfermedades que, gracias al avance de la medicina, desaparecen de la faz de la tierra para no causar más daño a la humanidad. Un caso emblemático es el de la viruela. Sin embargo hay otras infecciones, Para mala suerte nos ha tocado sufrir otra vez una de ellas. Después de 13 años de silencio epidemiológico (cuando no se reportan casos de una enfermedad epidémica) la peste neumónica y bubónica atacan otra vez a nuestra población, y como en otras ocasiones el foco infeccioso se encuentra en la Región La Libertad, para ser más exactos, en las provincias de Chocope y Ascope.

La peste bubónica, que causó terror en la edad media al acabar con casi la mitad de la población del continente Europeo, se contagia de distintas maneras. La más conocida es mediante la mordedura de una pulga infectada, la cual transmite una bacteria conocida como Yersina Pestis. Dicho insecto habita en las ratas negras o más conocidas como “del campo”. Sin embargo no es la única manera de contagio. Cuando la enfermedad se transmite por inhalación se le denomina Peste Neumónica. Esta ataca principalmente los pulmones del portador y es la que más rápido infecta al individuo. La mayoría de casos reportados son precisamente de esta variante de la Peste.

Cronología de una Peste anunciada

Desde que la peste ingresó a nuestro país en 1903, han ocurrido varias epidemias de esta enfermedad conforme pasaron los años, siendo menos mortíferas gracias a las mejoras en la higiene y salubridad de las ciudades. Esta enfermedad afectó a lo largo de los años a 14 regiones, siendo la de La Libertad una de las más afectadas.

Entre epidemias, el silencio epidemiológico fue en promedio de 15 años. Además la última epidemia de peste fue en 1996, cuyo foco infeccioso fue precisamente La Libertad, llegando a tener 205 casos y 7 fallecidos. Desde entonces hubo un silencio hasta el 2009 donde se reportó el primer caso.

El primer caso reportado fue el de una niña de cuatro años en la provincia de Ascope. La menor de edad fue diagnosticada con Peste Neumónica y posteriormente falleció porque sus familiares impidieron que sea atendida en el hospital local. Luego no se reportaron más casos hasta el 10 de abril del 2010 cuando se registraron tres casos de la misma peste.

Entre los tres casos se encontraban un médico infectólogo, un estudiante de medicina y una pobladora local. Fue cuando empezó la alarma, no sólo en la zona, sino también en Trujillo, porque ya no eran campesinos los infectados, sino médicos profesionales. Los tres fueron llevados de inmediato al Hospital Regional de Trujillo para ser atendidos, pero lamentablemente la señora y el estudiante fallecieron, ambos por Peste Sistemática. Esta peste acaba totalmente con el funcionamiento del organismo humano.

A partir de estos casos se declaró en emergencia a La Libertad durante 60 días , desde el 13 de julio del presente año. Se reportaron más casos llegando a ser 30 y el Ministerio de Salud empezó a tomar cartas en el asunto. Pero el último caso fue reportado a fines de agosto y desde entonces existe el llamado silencio epidemiológico.

La alarma también llegó a Trujillo porque se detectaron roedores con la enfermedad en los distritos de El Milagro y La Esperanza, que se encuentran colindantes con la ciudad de la eterna primavera. Esto provocó que, desde Lima, se envíe a Eduardo Gottuzzo, quien es el mejor infectólogo que tiene nuestro país. Su función fue el de analizar y brindar soluciones a las infecciones.

Epidemia que pudo evitarse y que se cortó a tiempo

Según el informe presentado por la Gerencia Regional de Salud La Libertad, hubo dos causas para cuáles ocurrió esta epidemia que pudo detenerse a tiempo. La primera fue el irresponsable papel de las empresas azucareras en la zona, que provocaron la huida de las ratas infectadas hacia la zona urbana.

Cuando se termina de hacer el tratamiento de la caña de azúcar, de la que sólo se extrae lo necesario para la producción de azúcar. Los restos que no son utilizados se queman en medio del descampado y es aquí donde se presenta el primero problema porque las ratas que están infectadas viven de manera silvestre.

En el momento en que son quemados los restos de la caña, se destruyen las madrigueras en las que viven estos roedores. Esto causa que dichos animales huyan hacia la ciudad donde se sienten más seguros, y como son animales que habitan donde hay alimentos, se meten en los hogares e infectan de manera más fácil a los pobladores de la zona.

Otro de los problemas es la falta de conocimiento que tienen los pobladores sobre esta enfermedad, ya que los infectados son atendidos de manera tardía siendo esta zona el inicio de la epidemia en varias ocasiones en el siglo pasado.

Pero no todo es malo, ya que las autoridades regionales de salud tomaron rápidamente medidas en el asunto. Lo primero que se hizo fue fumigar y desinfectar rápidamente las casas de las poblaciones infectadas, matando a las pulgas y no a las ratas, esto debido a que si se matan las ratas, las pulgas simplemente se irán a otros portadores.

Otra medida que se hizo, según el informe, fue orientar a los pobladores sobre la enfermedad y cómo prevenirla. Para esto se repartió volantes en todas las poblaciones de las provincias afectadas y se instruyó casa por casa para que tengan cuidado con esta enfermedad. Además las diversas empresas privadas (azucareras) también han tomado cartas en el asunto ayudando a mejorar la salubridad de las casas y locales comerciales de los pobladores.

En estos momentos toda la costa de La Libertad se encuentra en alerta máximo en caso de otro rebrote de la enfermedad, aunque se ha hecho lo suficiente para prevenir que no aparezca en mucho tiempo, sin embargo es bastante recomendable que se tomen las prevenciones del caso para que este mal, considerada una maldición en la edad media, no traiga mayores consecuencias.

Entrevista a la Dra. Angélica García Tello, Directora del Instituto de Enfermedades Tropicales de la Universidad Nacional de Trujillo

¿Han funcionando las medidas de prevención que se han tomado?

Sí, la eliminación de las pulgas mediante la aplicación de insecticida en las casas y animales que están dentro de ellas, no se realiza desratización (matanza de ratas) por el riesgo de que las pulgas de ellas se pasen a los humanos.

¿El ministerio ha tomado cartas en el asunto?

Sí, enviando personas expertas, coordinando con organismos internacionales como Organización Panamericana de la Salud, Organización Mundial de Salud, y por intermedio de profesionales del Instituto Nacional de Salud y de la Estrategia Nacional de Control de Zoonosis.

¿Es posible que se expandan los casos a todo el país, o al menos a toda la costa?

Sí, sobre todo si las ratas y sus pulgas logran llegar a los barcos o vehículos de carga y luego sean transportados a otros puertos y ciudades; por otro lado si alguna persona enferma no es detectada puede movilizarse a otros lugares, también se ha visto que algunas aves que comen roedores los cazan y los transportan a otros lugares.

¿La región sigue en alerta por la peste?

Sí, hay un Comité Regional para el Control de la Peste, y se ha involucrado a los municipios y algunas empresas privadas, sobre todo aquellas que se asientan en la zona del valle Chicama. Todos los establecimientos de salud (red sanitaria) de la zona y agentes de la comunidad realizan vigilancia de epizootias (muerte de roedores) y de aparición de personas enfermas.

¿Qué deben conocer la población sobre esta enfermedad?

Que la mejor intervención para evitar es la limpieza de las casas, evitar dejar restos para que las ratas lleguen a los domicilios, almacenar bien los alimentos en el campo y en los domicilios, no matar ratas, acudir a los centros de salud cuando alguien tiene alguna molestia y no medicarse por cuenta propia sin que los haya evaluado el médico.

¿Hay riesgo que vuelva a brotar la peste?

Sí, el riesgo persiste por las condiciones de vida en las zonas afectadas y por la existencia de la bacteria (Versinia Pestis) en los roedores, que son su reservorio natural, peridomiciliarios y en el campo, lo tendremos por muchos años.

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