Los peruanos estamos muy acostumbrados a tener festivales. Viajas al norte tienes el festival de la primavera, en la sierra todos los festivales a las vírgenes y santos. Pero, ¿Cómo celebran sus festivales las colonias de otros países?
Existe uno muy particular, donde se prioriza el honor y el respeto, donde se danzan bailes muy antiguos y se brinda con un buen sake. El Matsuri, festival japonés, fue el cierre de la semana de la cultura japonesa (que en realidad fueron quince días de celebración). Este evento es muy tradicional en todo Japón, y existen muchas versiones que lo hacen único dependiendo en donde se celebre.
En Perú siempre se realiza a mediados de noviembre. Es por esta época en que toda la colonia japonesa se reúne una vez más para celebrar sus tradiciones y herencias. Pero como es una festividad única dependiendo de donde se celebre, siempre está ese toque peruano que nunca puede faltar.
Espectáculo de Banderas (Video de Youtube)
El inicio de un día ponja
Las puertas de la Asociación Estadio La Unión (AELU), lugar donde se celebró el matsuri, se abrieron a la 1:30pm, pero las actividades empezaron un par de horas más tarde. La “demora” en las actividades fue a propósito porque te permitía ir a probar la gastronomía japonesa.
La primera parada fue justo ahí, en el patio de comidas, que más era una gran explanada con un montón de pequeños puestos y mesas que decían Inka-Cola. Ahora entienden porque no podía faltar el toque peruano.
Las colas eran inmensas para poder saborear la sazón oriental, y los precios también eran muy elevados. Cada uno de estos puestos de comida pertenecía a un club nikkei. Los nikkei son todos los migrantes japoneses y sus descendientes, ya sean nacidos en Japón o en cualquier otro país.
La hora de los pequeños
Con la premura de ir a ver la primera actividad tan sólo pude pedir un pequeño onigiri (bola de comida hecha de arroz con relleno al gusto). Corrí hasta el pequeño estadio de beisbol del colegio, lugar donde estaba el escenario. Después de buscar por mucho rato un asiento logré ubicarme enfrente del estrado principal.
Alrededor del escenario, que estaba en medio de la cancha, había un montón de niños formados en varios grupos. Cada uno de ellos representaba a una asociación presente. Una señora empezó a hablar por el micrófono y empezó a cantar unas melodías infantiles en japonés. Había empezado el Kodomo no Matsuri.
Esta parte está dedicada a ellos. Los niños empiezan a hacer abanicos tradicionales con cartulina y papel, mientras empiezan a cantar en japonés. Claro todos los que estaban participando eran nikkei.
Una vez que terminaron todos los niños empezaron a irse en forma ordenada. Esto habla bastante sobre la disciplina que tienen los japoneses. Estoy totalmente seguro que si fueran niños peruanos correrían como locos hacia sus padres. Pensaba irme rumbo a la comida, pero decidí quedarme. Iba a empezar el Seinen no Matsuri.
Llegó el momento del rockear
El Seinen no Matsuri estaba dedicado a los jóvenes y la actividad era sencilla. Se iban a presentar cuatro bandas, de las cuáles la última era muy conocida. Si me paraba era casi seguro que iba a perder mi lugar.
Las dos primeras bandas pasaron desapercibidas, robaron unos pocos aplausos y se fueron casi mirando al piso. Sus interpretaciones no eran lo suficientemente buenas. Claro como si cantar en japonés fuera fácil. Tocaron algunos de los openings (canción de introducción de una serie) más populares de los animes (dibujo animado japonés) más conocidos.
La tercera banda sorprendió gratamente, aunque si lo hubiera hecho bien seguro gritaba hasta el éxtasis total. Era muy distinta a las otras porque la lideraba una chica y no tocaba cualquier canción. Su primera melodía fue Angel Attack, primera pista en la banda sonora de Neon Genesis Evangelion, mi anime favorita.
La locura fue ¿japonesa?
La noche empezó a caer y la tercera banda se retiraba. El momento de todas las fans presentes había llegado. La última banda es la que estaban esperando. Cinco chicos, con look claramente japonés, subieron al escenario en medio del grito femenino. Hayabiki es una banda peruana formada por nikkeis que hacen covers de las canciones más populares dentro del J-POP (Pop Japonés).
Empezaron con Heart of the Sword, uno de los endings (canción de cierre de una serie) más popular entre los otakus (fanáticos del anime). Luego pasaron a tocar melodías de L’Arc~en~Ciel, uno de los grupos más populares de Japón, hasta que pasó algo que inesperado para las fans. Hayabiki tocó una canción propia.
El silencio fue absoluto, no hubo gritos ni hurras hacia el grupo. En su desesperación por recuperar el grito de sus fans, tocaron el último éxito del pop coreano. Sí coreano. ¿No estábamos en un festival japonés? Pues sí pero no importó. Lo único que si fue el grito frenético y casi aterrador, para los simples espectadores como yo, de las chicas al escuchar Mirotic.
Ya no importó que las canciones que vinieron después o que los hombres empiecen a poguear al ritmo de Pegasus Fantasy (Opening de Los Caballeros del Zodiado). Hayabiki había logrado su cometido, hizo que las chicas griten de placer por ellos.
Hayabiki interpretando Mirotic (Video de Youtube)
Hora de comer y celebrar
Aún faltaban dos cosas por hacer. Eran ya las 8:00pm y me propuse, como sea, en conseguir comida japonesa. Fui a uno de los puestos, que seguía lleno, y compre Soba. El Soba es una sopa tradicional que está hecha con fideos, tortilla de huevo, el popular tofu y carne de cerdo. Comprar esto era muy bueno, en especial al momento de salir entre la gente, porque al estar muy caliente las personas se apartaban con miedo a tumbar el plato y quemarse.
Al mismo tiempo que iba a comprar dulces tradicionales, empezaba el evento principal del matsuri: el desfile de Mikoshis. El mikoshi es un altar movible en honor a una deidad. Cada una de las delegaciones participantes desfilaba con su propio mikoshi. Este era cargado por bastantes personas y encima había una persona parada que gritaba Washoi. Esta palabra no tiene significado, pero se podría interpretar como hurra.
Luego llegó el momento que esperaba, los fuegos artificiales o Hanabi. Esto significaba el fin de fiesta, pero se demoraban tanto que simplemente fui a comer más cosas. Cuando estaban a punto de darme mi pedido de Pollo Teriyaki, empezaron a sonar explosiones, y no era la cocina, sino las flores de fuego en el cielo (traducción de Hanabi). Todos los asistentes miraron hacia el cielo y vieron el gran espectáculo de luces explosivas a pesar del cielo nublado.
Después de eso la gente empezó a salir del AELU, todos con sonrisas en sus rostros. Muchos se iban con juguetes o globos, otros con Obentos (Ración de comida) para llevar a sus hogares. Salía satisfecho por todo lo aprendido durante el día. Hay muchas cosas por contar aún, pero ya habrá tiempo para hacerlo. Por mi parte sólo puedo decir Hasta el próximo año, Matsuri.
Hanabi (Video de Youtube)
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