Los años van pasando y, con ellos, las tecnologías no dejan de transformar el mundo. ¿Qué tan preparados estamos los periodistas para afrontar los cambios?
La tecnología es una caja de sorpresas que ha generado cambios en muchos aspectos y las comunicaciones no se han quedado atrás. Los Blackberries, iPads, Kiddles, Facebook, Twitter, etc han servido para que el público esté en contacto constante con la información y para que los comunicadores tengan la mejor forma de acceder y publicar información a cada momento.
¿Y qué pasa con el periodismo? La Internet ha sido la causante de drásticos cambios en las redacciones alrededor del mundo trayendo el periodismo web. Después de casi 200 años de prensa escrita, los sitios web de noticias, blogs y redes sociales se encargaron de iniciar una nueva página en la historia. ¿Cuáles son los efectos directos de este fenómeno?¿Se gana o se pierde?. Sobre el tema conversamos con Diego Peralta Murias, jefe de contenidos multimedia del Grupo El Comercio, y esto fue lo que nos dijo.
¿Cuáles han sido las transformaciones más grandes que ha sufrido el periodismo?
Las reglas básicas del periodismo tradicional se han roto totalmente. Por ejemplo, el hecho de que el periodismo vive de la escasez de la información se ha roto porque actualmente hay una sobreabundancia de la ésta. Lo otro es que los periodistas ya no son los únicos que pueden publicar datos sino que ahora cualquiera puede hacerlo, es decir que la audiencia empieza a tener una voz. No es una transformación para mal sino que el periodismo se ha diversificado y modificado sus procesos.
Entonces, ¿cómo afecta eso la labor del periodista?
Su labor se transforma junto con el periodismo. Ahora ellos tienen que aprender a navegar y a usar las nuevas estrategias y plataformas que han aparecido como Facebook y Twitter. La multiplataforma que es Internet y la hipertextualidad (relacionar un texto con otro mediante links) han abierto las posibilidades para que el periodista pueda desarrollarse y publicar directamente información utilizando un blog, Youtube, Wikileaks (la controversial página donde se publican documentos de investigaciones periodísticas) u otras plataformas sin la necesidad de utilizar un medio grande que lo presione o censure su publicación.
Con estos cambios, ¿el Periodista gana o pierde?
Gana si es que sabe aprovechar las herramientas. No es un tema de hacer las cosas por hacer sino en darse cuenta de lo útil que pueden llegar a ser estas transformaciones e ir ‘curioseando’ en ellas. Se ha iniciado una transición donde conviven los viejos medios con los nuevos y esto se va a seguir desarrollando con o sin periodistas. El periodista es un profesional de la información que crea contenidos y eso es lo que no va a perder.
¿Consideras que se ha creado un perfil del periodista?
Creo que sí. Se necesita un profesional capaz de trabajar en cualquier medio y soporte, con un olfato periodístico que le permita determinar lo que es noticia dentro de una gran cantidad de información.
Twitter y Facebook se han convertido en boom en los últimos años. ¿Pueden ser vistos como herramientas para el periodismo actual?
Totalmente. Por ejemplo, Twitter se ha convertido en un medio de difusión inmediata de información donde ya no es necesario estar en el lugar de los hechos o convocar a grandes conferencias para acceder a datos importantes. Lo mismo ocurre con Facebook que se ha convertido a una forma de acceso y contacto de los periodistas con la audiencia y los principales autores de la información. El Twitter puede verse como el futuro de lo que debe ser una audiencia que tiene un rostro y una opinión que puede hacerse pública.
En ese sentido, la audiencia comienza a aparecer aún más pero no todo vale…
Cierto. Hay cosas tanto vanales como importantes que el periodista debe saber rescatar de las distintas redes sociales y plasmarlas en la información. Acá es importante que la audiencia empiece a darse cuenta de lo que está ocurriendo y que ella misma empiece a regularse y moderarse. Twitter es un gran ejemplo de eso porque crea un lenguaje especial con convenciones para transmitir la información: enlazar, escribes de una determinada manera, colocas etiquetas a los textos, etc.
¿Cuál crees que es la situación en el Perú?
Aún es incipiente aunque hay algunas páginas web que están creciendo. Creo que si se habla de tecnología, el Internet es la que más se utiliza actualmente y en la que se centra todo por varias razones. La primera es que es la plataforma más convergente donde todo tiene un espacio. Otra es que abarata muchos los costos, especialmente en lo que se refiere a lo audiovisual: sacar un canal de televisión es más accesible por Internet que de la forma tradicional.
Con el periodismo web ganando espacio, ¿qué va a pasar con el periodismo tradicional?
Ambas formas de prensa tienen su lado bueno y su lado malo y ninguna es mejor que la otra. Entonces se puede hablar de una interacción de redacciones donde se unirán periodistas nuevos y viejos, lo que va a convertirse en una situación un poco traumática. Las cosas están en manos de los periodistas que salen de las universidades ahora porque van a tener un uso nativo de la tecnología y van a estar más cómodos con el cambio.
En todo esto, ¿cómo se ve afectada la ética?
Hay nuevas formas en lo que se refiere la ética. Un ejemplo claro es lo que le pasó a José Alejandro Godoy: citar una fuente, que en la Internet es un link, es agregar un contenido y el periodista no se compromete con éste necesariamente. Es ahí donde la sanción le cae al que cita la información y no al que la produjo. Eso es lo que todavía no se entiende y las leyes no están hechas para eso. Otro problema es que en la Internet rige la cultura del compartir pero para los grandes medios eso no funciona.
¿Cómo se puede solucionar eso?
Hay que abrir todo. Todo se debe compartir y reelaborar las leyes sobre los derechos de autor. Los derechos de autor es lo que vale la creación por sí misma y no si se comparte o se paga por su uso.
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