domingo, 28 de noviembre de 2010

Green Day: el espectáculo del punk


“Quiero que veas el basurero que yo llamo mi casa
Bienvenida al paraíso” (letra de Welcome to Paradise)






La banda estadounidense, logró una conexión con el público pocas veces vista en los conciertos que se dan en Lima. Pura lección de cómo hacer un show y de llevar al  público al cielo de la buena música.

El buen punk no muere. Tal vez envejece y se viste distinto, pero la esencia queda. El tiempo no discrimina cuando hace su trabajo, sin embargo Billie Joe, Mike Dirnt y Tree Cool se las han ingeniado para sacarle un poco la vuelta y mantener  viva una energía que ha estado en ellos desde su primer disco y que todavía mantienen casi 20 años después.

El tiempo A.G (antes de Green Day)

Todo parecía un poco obvio y en parte lo fue. Se sabían que los temas eran casi los mismos que habían tocado durante su gira. Se conocía que los teloneros iban a ser los poco conocidos Vaselina. Incluso lo más probable, y lo mejor, era que en San Marcos se iban a juntar  variar  generaciones. Desde treintañeros que siguen al grupo con su primer disco 39/Smooth, hasta los adolescentes que tienen como referencia 21 Guns o alguna otra canción de  21st Century Breakdown.

Vaselina, la "extravagante"banda telonera de la noche
El 26 de Octubre en la tarde un VIP con pocas ganas de hacer su trabajo resguardaba la entrada al Estadio mientras le comentaba a su compañero que no le gustaba estar en este “concierto de locos”.  Aún era temprano y algunos se arrepentían de haber llegado con tantas horas de anticipo.  

Todo parecía previsible. Un ambiente que  contrastaría con lo que haría Green Day unas  horas después. Quizá todo empezó a cambiar cuando por fin se oyó un instrumento. Para bien o para mal Vaselina y su vocalista, un anciano con dificultad para caminar y disfrazado de Drácula reflejaron lo  extraño del ambiente. ¡Mátate! le decían algunos (los más cautelosos), otros aplaudían la entrega del viejo, y algunos solo reían. Dicen que ahora ese grupo se va a presentar como Vaselina “los teloneros de Green Day”. Fue un comienzo raro que limitó con la locura.  Signos de que el concierto estaba un poquito más cerca.

Un conejo ebrio y rosado hizo gastar las baterías de las cámaras de quienes pensaban que ya empezaba el concierto y que el hombre detrás del disfraz era Billie Joe. Solo unos cuantos minutos luego  de las 9 de la noche fue que empezó todo

“Esto es una celebración”

Song of the Century abrió el concierto. El público estaba enchufado desde un inicio. La gente explotó de emoción cuando con Give me  Novacaine, el vocalista se colocó un chullo y luego cogió la bandera peruana.  Nada fuera del protocolo si no fuera porque minutos antes Billie Joe gritaba “You are louder than Chile” (“son más ruidosos que Chile”). Con Green Day nada es tan común.


A partir de allí la interacción con el público no termino. La desfachatez y la energía que derrocharon se multiplicaban con cada acorde de guitarra.  Habría que estar muerto para no contagiarse de lo que pasaba en ese momento. La primera emoción y envidia general fue para un niño que subió al escenario para que Billie Joe lo despidiera “cariñosamente” con un “Get out of here litlle shit” (“fuera de aquí mierdita”), para terminar riendo estruendosamente.   Burnout y  Nice Guy Finish Lust  se empezaron a oír. Era obvio que seguiría invitando a más personas al escenario. Brian Quispe, uno de los fans,  tocó Going to Pasalacqua, y se convirtió en el segundo con suerte.

El paraíso en el infierno.

La noche continuaba y era matizada por el líder de la banda diciendo que quería ser presidente y gritando eufórico que esto era una celebración. Y claro que lo era, ¿como no va a serlo si el púbico era parte de él? “I love you Lima” gritaba el líder de la banda poco antes de lanzarse a cantar desde el piso covers como Let it be o Higway to hell de AC /DC y de bajarse el pantalón un par de veces. Además  vitoreó a Vaselina, sus incomprendidos teloneros mientras simulaba una masturbación con el micrófono cuando el trompetista vestido de Elvis tocaba una canción que Tree Cool  acompañaba desde la batería. Puro show.  Conexión que no dejó que los asistentes se enfríen.

Los “pogos” empezaron a formarse y sonaba Basket Casey y  She. Green Day era entrega máxima. Tanto así que regaló un beso a una chica y una guitarra al fanático mas envidiado de todo el concierto: Rodrigo Ortiz,  luego de que cantara Longview . Algunos con esa euforia, mezcla de alegría ajena y de envidia que corroe, le recordaron resignadamente a su madre.

El último regalo que dio el trío estadounidense fue quizá  el más especial. Tocaron Welcome to Paradise, una canción que no habían tocado en toda la gira y que por primera vez lo hicieron aquí. La fiesta solo terminó con Wake me up when September ends Y Good Riddance (time of your life).

No es un grupo de los que se les puede decir legendarios, pero logra esa mágica capacidad de reunir generaciones con mucha facilidad. Se les acusa de gustarle a emos, de venderse al mercado, de dejar atrás la esencia, pero algo sigue en ellos. Eso que los hace únicos. No cualquiera toca 33 temas en un show de casi tres horas ante 40 mil personas. Nadie transforma así de fácil este lugar ,que a veces se parece más a un infierno, en un paraíso..





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