viernes, 19 de noviembre de 2010

La previa de los Partidos: ¿Por su símpatía y su carisma?

Elecciones internas


Candidatos regionales y distritales pasan por un filtro interno de acuerdo a Ley, y por otros más subjetivos dentro de su agrupación política. O ,al menos, deben hacerlo.

Sólo en Lima, tenemos  a 12 candidatos para la alcaldía de la ciudad, aunque sean sólo dos- Lourdes Flores (PPC) con 31%, Susana Villarán (Fuerza Social) con 33%, en reciente encuesta de APOYO - las que encabecen las encuestas. Cada uno pertenece a una agrupación política que los respalda y que, desde sus entrañas, los elige como sus líderes. Pero ¿cómo han sido elegidos estos caudillos? ¿cuál es la representatividad que tienen en el partido? ¿quiénes las eligen?

Cuando los comicios se aproximan, según datos del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), cada partido tiene la función de elegir a los candidatos de 25 presidencias y vicepresidencias de gobiernos regionales; 228 consejeros regionales; 195 alcaldes provinciales, 1717 regidores provinciales, 1639 alcaldías distritales y 8655 regidores distritales. En total, son 12 mil 472 puestos los que serán disputados el próximo 3 de octubre. Con razón tanto panel político en las calles.

El llamado a esta elección interina se da entre los militantes del partido de acuerdo a la ley  N° 26084, la de Partidos Políticos. Este año la fecha fue el 14 de junio pasado. Roque Bravo, secretario general del JNE señaló que “las organizaciones políticas están obligadas a presentar, al momento de inscribir sus listas, las actas de elección interna de los candidatos a cargos municipales y regionales.” La ONPE  asiste con un veedor para que la elección sea transparente y se rindan cuentas sobre los fondos partidarios.

Todo parece formar parte de un trámite más. Al final ya sabemos que el actual alcalde de nuestro distrito tentará una reelección, que los militantes partidarios ya tienen a su “favorito”, que el veterano de la organización política influirá en el rostro de campaña o se lanzará a sí mismo. y que la votación interna es sólo un proceso de rigor, que la “dedocracia” se aplicará oculta bajo esta fachada.

De formalidades y más
En la pequeña jurisdicción de Pueblo Libre, el polémico Partido Cambio Radical realizó dicha elección interna en mayo, el comité distrital la llevó a cabo en su local de la cdra. 14 de la Av. Bolivar, con la presencia de la Comisión Nacional Electoral compuesta por un Vocal, el Presidente del Partido y un veedor de la ONPE que certificase la transparencia del proceso.

Se presentan listas de los aspirantes a candidatos distritales y  su equipo de regidores, el cual se conforma, según el artículo 24 de la Ley de Elecciones Municipales del JNE, en proporción a la población de la comuna (no menor a 5 ni mayor a 15 concejales). Tras la votación, sale  la nueva cara de campaña: Jhonel Leguía. Era previsible que sería el candidato, era el conocido, al que las señoras paraban en la calle, aquel que tocaba puerta a puerta y que ya conocía la municipalidad, era el amigo de todos.

Pero estos personajes no nacen del aire, en su mayoría, tienen un pasado ligado a la política ya sea como regidores en otra gestión (y de otro partido o movimiento político), dirigentes distritales, candidatos recurrentes, alcaldes en una ocasión anterior u otro trabajo en la gestión pública. Y el paso constante entre función y función deja abierta la posibilidad de que tengan padrinos.

Además, nos topamos con que los partidos en la previa electoral buscan aliarse a los partidos que más les convenga, el más cercano a su ideología, con modelos económicos convergentes y con figuras que estén seguros que puedan cautivar al elector. En este escenario, obvio se presentan los transfuguismos. Para aterrizar esto, Pueblo Libre no es la excepción, Leguía fue regidor del partido Somos Perú cuando Ángel Tacchino era el titular del distrito, para luego apoyar activamente en la primera campaña de Rafael Santos por el PPC y hoy pertenece al incipiente Cambio Radical.

Una de las iniciativas positivas que tiene esta elección es que la hoja de vida de los candidatos esté en el JNE. Los ciudadanos de a pie podemos tener una radiografía del futuro alcalde. De ese modo, se supo que Alan Ramírez (candidato por el APRA) trabajó como abogado en el Banco de Materiales del 2006 al 2008, curiosa época para el Banmat respecto a malos créditos de vivienda, al igual que su primer regidor en  lista,  Manuel Arana Vivar (como asesor). Manuel es hermano del recordado Carlos Arana, secretario general del partido en el distrito cuna de Agustín Mantilla y presunto beneficiario de su hermano, con créditos del BanMat. En esta ocasión, apostaron por juventud pero con una ya conocida presencia política aprista en las espaldas.

Estas perlitas se encuentran con sólo darle un click. Parece que aquí más que simpatía y carisma hay compañeros de peso que avalan al candidato, que mueven los hilos. Entonces, no hay mucho que elegir más que el turno de llegada a la votación del partido, para que se consigne en las actas.

Así, de cualquier manera, ya resultan rostros conocidos entre el electorado. Aquellos más políticos, que puedan sostener esta campaña, que tengan posibilidades de ganar  y claro, que les guste ser figurettis.

Villarán y Flores Nano, por Lima, le llevan notoria ventaja a Fernando Andrade, siendo los tres conocidos, ¿la razón? además del desborde de carisma y el pasado político expuesto, se juega con el factor mediático que las polariza y las iguala. ¿Cómo es esto? Ambas son mujeres que quieren un cambio pero mientras a una la sindican de “derecha”, la otra es “la izquierda.” como antítesis. No cabía duda que la candidata del PPC fuera otra que Lourdes, ni que Susana Villarán no tentase una chance.

Si bien Fernando Andrade no era conocido precisamente por su carisma, la figura del hermano ausente y el peso del apellido dominaron y lo hicieron del legado del buen Alberto Andrade. Tenía que ser el referente, además, por su buena gestión en Miraflores. Fue elegido internamente como el ícono del partido Somos Perú, por Lima.

Pero, nunca faltan quienes le quieren sacar la vuelta a la ley y no llevan a cabo los comicios internos o no cumplen los estatutos vigentes. Más aún cuando se trata de partidos incipientes o en provincias. Hubo varias acusaciones hacia candidatos de partidos políticos supuestamente electos en medio de irregularidades. A Manuel Masías (PPC-Unidad Nacional), candidato por Miraflores,  casi se le impone una tacha por presunta anomalía en las elecciones internas. El JNE desestimó la acusación el pasado 7 de septiembre.  Las actas que corroboraban la elección estaban expuestas.

En Arequipa, al actual  presidente regional Juan Manuel Guillén (Alianza por Arequipa) casi se le impone una tacha la misma razón, pero al final el JNE la declaró infundada. En estos casos, los estatutos de cada partido y el Reglamento Electoral jugaron un papel determinante para el fallo final. Y es que los partidos no se iban a privar de sus figuras, los ‘titulares’ que iban por la reelección. A esas alturas buscar al ‘suplente político’ hubiera sido caótico.

En la esfera del partido son  las las cabezas de cada agrupación política y los militantes  los que, finalmente, escogen a quienes tendremos como opciones al sillón municipal y regional. En las urnas, el 3 de octubre somos nosotros los que tendremos la última palabra y el dedo pintado. Pretendamos ir más allá del calor popular del candidato, de la sonrisa linda y del mero partidismo, que de caudillos ya sabemos suficiente.

**Escrito antes del 3 de octubre**

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