viernes, 26 de noviembre de 2010

Los marcas actúan con tal fiereza que copian los estilos y la forma operacional de los colombianos.

Marcando al enemigo


Su capacidad de poder de fuego se ha incrementado en grandes cantidades, esto por la informalidad del otorgamiento de licencias de armas.


Cada vez en nuestras ciudades, los peruanos se sienten mucho más desprotegidos por la ineficacia de los sistemas de seguridad que existen y de las leyes que muchas veces no son lo suficientemente severas para sancionar a personas que solo impiden el desarrollo de nuestro país. Una transacción monetaria se puede convertir en un desastre si no se conocen cómo actúan los llamados “marcas”.

Marcas

 

Una de las últimas modalidades para asaltar a los empresarios o personas que sacan fuertes cantidades de dinero, es la que utilizan los marcas.  Estos delincuentes se encargan de hacer un seguimiento a las personas que realizan transacciones económicas en los bancos, cajeros automáticas o hasta de los propios cambistas; para terminar asaltándolas, atentando contra su integridad física y emocional.

 

Esta nueva modalidad de robo se esta sucediendo cada vez con mayor frecuencia, a partir de la inseguridad que existe en la ciudad. Muchas veces estos asaltantes trabajan en grupos que realizan el seguimiento de sus posibles victimas. Un grupo los sigue, pueden ser dos o tres personas distintas que se comunican constantemente para saber el movimiento exacto de los que serán asaltados; y el otro grupo realiza el atraco. Dependiendo de la dificultad del seguimiento a la victima, algunos realizan todo el trabajo.

Mecanismos de defensa policial

El ex director de la Policía Nacional del Perú, Luis Montoya, un conocedor de los mecanismos que utilizan estos delincuentes, planteó que las fuerzas del orden actúen en tres frentes: la prevención, la investigación y el trabajo de Inteligencia para combatir a las temibles bandas de "los marcas”. 

Para enfrentar este problema, en primer lugar, consideró apropiada la prevención a través del patrullaje que efectúan las Águilas Negras, seguimiento que realizan los policías a los grupos delincuenciales. Asimismo, refirió que la División de Investigación Criminal (Dinincri), por intermedio de la Unidad de Robos y Secuestros, debe identificar a las bandas que operan para desarticularlas.

Muchos de estos personajes encarcelados han liderado estos grupos de asesinos y los siguen manejando a pesar de estar tras la rejas. El problema se agranda cuando algunos presidiarios colaboran con estas organizaciones delincuenciales y se siguen viendo involucrados en la vida delictiva.

Aquí el problema radica en que el sistema penitenciario se encuentra sumido en una profunda crisis ya que el hacinamiento de los presos, muchas cárceles triplican su verdadera capacidad de población. Lurigancho cuenta con un policía por cada 100 presos.

Si te resistes, te disparo

Estos delincuentes simplemente se burlan de las leyes en el Perú. Ahora su capacidad de poder de fuego se ha incrementado en grandes cantidades, esto por la informalidad del otorgamiento de licencias de armas. Además, la conducta violenta de estos personajes cada vez aumenta más y se vuelven más temerarios ante la presencia policial. Su salvajismo los descontrola y disparan a su victima sin ningún tipo de remordimiento.

“Ahora son mucho más peligrosos. Son más avezados. No dudan en atacar a sus víctimas ante la mínima resistencia o en enfrentarse con la Policía”, sostiene el coronel Carlos Remy Ramis, jefe del Escuadrón de Emergencia de la PNP.

Y esto se debe a que la mayoría de estos ampones ya han estado presos, o en su defecto, han pertenecido a bandas de asaltantes organizadas.

La internacional

Muchos de estos delincuentes copian formatos de acción de marcas extranjeros. ¿Cómo funciona esta copia? Los marcas actúan con tal fiereza que copian los estilos y la forma operacional de los colombianos. Mucho más agresivos y sanguinarios, astutos y sin ningún tipo de remordimiento. El año pasado fue detenida una organización comandada por hampones colombianos cuya principal característica era la brutalidad a la hora de actuar.

La principal regla de actuación es la planificación. Se maneja de una forma tan sistemática que el plan tiene que ser infalible. La utilización  de modernos vehículos les permite robar el dinero y partir rápidamente en búsqueda de la mejor guarida, además las placas de los automóviles son falsas o con número cambiado.

Han llegado al extremo de llevar consigo armamento de guerra robado o sacado de la clandestinidad por ex efectivos del orden. El uso de pasamontañas también es muy común en los atracos de los marcas.

Los zonas en donde suelen operar estos grupos, según el director de las Águilas Negras, el comandante Lizandro Quiroga,  suelen ser el Jockey Plaza, en Surco, y el Mega Plaza Norte, en Los Olivos. En estos lugares, la PNP viene trabajando con agentes infiltrados para poder detectar a los asaltantes.

Libertad: a la vuelta de la esquina

Otro grave problema es la falta del soporte legal. El poder Judicial actúa de forma muy blanda. Es muy complicada la tarea para la Policía Nacional del Perú como resume el director, general Miguel Hidalgo, “muchos delincuentes que son capturados por las fuerzas del orden logran la libertad al poco tiempo, a pesar de estar implicados en delitos muy graves”.

Los delincuentes salen al poco tiempo de las cárceles a pesar de haber cometido delitos de grueso calibre, como robos a mano armada o asesinatos. La policía actúa también con algún temor porque si estos salen al poco tiempo, pueden tomar represalias en contra de su vida o de algún familiar cercano.

La actualización es parte del negocio

Los seguimientos son cada vez más personalizados, además esta modalidad es mucho más eficaz y rápida para los marcas. Se conocen a cuatro bandas principales que actúan  por toda la ciudad, bandas que provienen del Callao, La Victoria, San Juan de Lurigancho y Surquillo.
En palabras del jefe de Operaciones de Águilas Negras, mayor PNP Fernando Sánchez, no descarta que sean los mismos trabajadores de los bancos quienes brinden información privilegiada para la finalización de esta ola de atracos a lo largo de Lima. Esta es una hipótesis para nada descabellada y es tomada en cuenta por la PNP para investigar las entidades bancarias en donde se saco el dinero antes del asalto.

Si no se toman las medidas necesarias el problema puede salirse de control. Los castigos deben ser más severos para los asesinos. En medio de la pasada campaña electoral se propusieron soluciones para combatir la inseguridad en Lima. Es momento de hacer algo y terminar con esta ola de terror que se ha desatado en varias ciudades del país. Esta en manos de las entidades bancarias, del estado y de la policía nacional; y usted amigo lector, tiene que estar atento ante estos vigilantes del terror

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